Arsenio Poupin Oissel, detenido y desaparecido desde el 13 de septiembre de 1973

Uno de los últimos testigos de haber visto con vida al presidente Salvador Allende, y también uno de los primeros en verlo muerto fue el subsecretario general de Gobierno, Arsenio Poupin Oissel. Poupin había sido un destacado colaborador del gobierno de Allende, llegando a ocupar la subsecretaría en diciembre de 1972, luego de un breve paso por la Dirección General de la Policía. Durante sus actuaciones en los cargos, Arsenio había enfrentado diferentes eventos que había logrado sortear, sin embargo, nada podría haberlo preparado para ese día 11 de septiembre de 1973. Después de los enfrentamientos entre los últimos leales democráticos contra la arremetida militar, y de los trágicos sucesos que terminaron con la vida del presidente Allende, un abrumado Arsenio intenta suicidarse de un tiro, pero es detenido cuando se le es arrebatada el arma de fuego. Junto a otros, a las horas es trasladado desde el Palacio de la Moneda, donde había pasado toda la jornada, hasta el Regimiento Tacna, donde permanece hasta el 13 de septiembre junto a otros 47 cercanos al fallecido mandatario, día en el que aborda un camión con destino desconocido, siendo su paradero ignorado hasta el día de hoy. Al igual que él, muchos otros y otras desaparecieron en desgraciadas circunstancias que aun hoy en día tratan de seguir develándose en dolorosos entuertos judiciales, ya añejos en sus legajos.

A pesar de que la comisión Rettig determinó que lo más probable es que Arsenio Poupin haya sido ejecutado el día en que es trasladado del Regimiento Tacna, una vez que la oficialidad militar copó todas las falanges del Estado, se le abrió una causa por infracción a Ley de Seguridad Interior del Estado, a pesar de estar «inubicable», seguida por el fiscal Renato Arellano, que finalmente condenó al desaparecido Arsenio a 10 años por «rebeldía» en la década del 1970. La causa no sólo fue seguida en contra de Poupin, sino también en contra de su esposa. Desde 1965, el joven abogado había estado casado con Lucía Neira Rivas, quien lamentablemente también sufrió los embates del golpe y sus posteriores consecuencias, al estar retenida primero en el Estado Nacional, luego en la Casa Correccional de Mujeres, bajo ningún cargo real, para luego tristemente tener que salir del país, encontrando asilo y refugio en Suecia.

Lucía, en su seno íntimo, guarda una historia que la conecta con la zona. Su padre fue Belisario Abel Neira Salas y su madre fue Herminia Rivas Roa. El lado materno de su familia estuvo asentada en Cañete a finales del siglo XIX con amplias conexiones dentro de la comunidad. Sin ir más lejos, su abuelo Abdón Rivas Navarrete fue un acaudalado pionero agrícola de Arauco y su tío Eudocio Rivas Roa fue diputado por varios períodos por Arauco, Lebu y Cañete, además de gobernador de la provincia durante dos años a fines de la década del 1930. Por otro lado, la familia de su padre es originaria de Santa Juana, no muy distante de Cañete luego de cruzar los montes, aguadas, ríos, esteros y mallines que caracterizan al Nahuelbuta. Belisario era el hijo del primer matrimonio de Gregoria Salas Cuevas con José de la Cruz Belisario Neira Toloza, quien fallece en septiembre de 1898. En 1904 Gregoria es desposada en la ciudad de Nacimiento por el comerciante cañetino Felizardo Salas Toro, hijo del cabo segundo del Regimiento Lautaro perecido en la Guerra del Pacífico José Jacinto Salas y de Honorata Toro, relación de la cual nace otro lote de niños. Es la relación de Gregoria con Felizardo la que posibilita el tráfico de relaciones entre los Salas y algunas familias establecidas en Cañete, entre ellas los Rivas Roa.

Belisario, nacido en 1892, emigra primeramente a la ciudad de Concepción, donde finaliza sus estudios secundarios en el Liceo de Concepción y luego a Santiago, logrando primero concluir un bachillerato en matemáticas, titulándose finalmente en 1918 como Ingeniero Agrónomo en la Universidad de Chile. En ambas ciudades, su padrastro Felizardo mantenía propiedades: en Concepción, en las sendas quintas en la avenida Ignacio Collao, camino que iba a la Escuela Agrícola en el antiguo barrio de Puchacay, y en Santiago en los novedosos barrios que surgían con los loteos de los antiguos terrenos de los domínicos en los faldeos del San Cristóbal. El mismo periplo siguió su hermano Ernesto Neira Salas, dos años mayor que Belisario y que en 1917 logra titularse de Ingeniero Civil en agosto de 1917, también egresando de la Universidad de Chile. La agronomía y el enlace de su tío Alfredo Salas Cuevas con Inés Iriarte Millán, acercó a Belisario al círculo de las familias destacadas del pueblo lacustre y así a su futura Herminia Rivas.

Por su amplio y brillante desarrollo profesional, por sus contribuciones a los distintos grupos y sociedades de profesionales agrónomos y por su vasto conocimiento, el padre de Lucía fue muy querido y reconocido entre sus pares, dejando una latente huella entre quienes tuvieron la oportunidad de trabajar y compartir con él. Las tristes y funestas tragedias que pasaron su hija, su yerno y su pequeño nieto evidentemente no estaban dentro de los planes de la familia Rivas Salas, así como tampoco lo tenían planificado miles de otras que vieron violentados sus lazos familiares en aquellos años.

Con el advenimiento de la democracia y las nuevas investigaciones que revitalizaron los obstaculizados procesos judiciales ya existentes, se pudo dar con restos humanos en la localidad de Peldehue, en el sector del Fuerte Arteaga en los comienzos de la década del 2000. Con técnicas de reconocimiento, se pudo comprobar que los restos correspondían a varios de los funcionarios de gobierno que fueron enviados desde el Palacio de la Moneda hasta el Regimiento Tacna el mismo 11 de septiembre de 1973. No obstante, y para la tristeza de su viuda, los restos del asesinado Arsenio Poupin no se encontraron dentro de los encontrados. Hasta el día de hoy, no se ha podido encontrar el cuerpo de Arsenio, quien es recordado por su calidad humana y pensamiento transformador, aunque dudas de lo que realmente le ocurrió, ya no existen.

1 comentario

  1. Hola buenas tardes..me acabo de encontrar con este artículo; al parecer escrito y/o publicado el año pasado…mi nombre es Patricia Neira…soy nieta de Belisario Neira y sobrina de Lucia y Arsenio….podrias comentarme que te motivo a escribir este artículo….cuando han pasado tantos años??? Mi correo es sofianeira44@gmail.com

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